No tengo hambre porque en la Universidad me embuché una chapata. En la renovada cafetería de mi alma máter me quede platicando con la "artista plástica" de Alina Poulain y la futura esposa desesperada Maricarmen. Qué será de nuestras vidas ahora que la escuela terminó. Planes como casarse, año sabático, maestrías, trabajar en la empresa de mi papá son los que más se escuchan por los pasillos. Yo sólo quiero que sea Navidad.
De pronto me encuentro en la parada del camión. Diablos! ya no hay asientos libres. Ni modo tendré que irme parado. A lo lejos se oye la voz de la achichincle del chofer: "Por favor si se pueden recorrer cabe una persona más en la parte de atrás". Por fin consigo un lugar, esta apretado pero no importa.
El camión se pone en marcha. Cerca de mí se encontraban dos sujetos que hablaban en un dialecto que me pareció fascinante. Los sonidos que emitían parecían todos iguales a mis oídos. Uno de ellos, el que estaba junto a mi, se percató que estaba viéndolos detenidamente. Cuando volteó el aroma alcohólico que emanaba de su boca llego a mi como de golpe. Me explicó que él y su amigo venían de un pueblo cercano a Santa Catarina en Oaxaca. Me dijo el nombre pero debido a su condición etílica no pude entender mucho de lo que me decía.
Evaristo me contó que en su pueblo ya impartían clases de español e inglés. Que su hijo va a poder hablar dos idiomas a parte del dialecto de su región, para que cuando estén en Estados Unidos puedan enriquecerse. La vida en la Ciudad de México no es lo que él esperaba. Su trabajo en la Central de Abastos no le rinde. Los mil pesos semanales se van en la renta, los pasajes y el alcohol.
¿Usted cuánto gana güero?. Una risa nerviosa sale de mi y le digo que yo no gano nada, yo sólo estudio. Me responde Evaristo que eso no sirve, que él no pudo terminar la secundaria. El trabajo y llevar dinero a la casa es lo que importa. Dice que a veces cuando necesita de dinero le pide a la gente pero que casi nadie le da, pero que la justicia divina se encargará de todos. "Ves a todos esos en sus coches, sus grandes casas, pero no vale nada, no vale nada, no vale nada, no vale nada..."Lo repite una y otra vez como si quisiera convencerse de sus propias palabras.
Estoy a punto de llegar a mi casa. Me despido de él y me pide una moneda para una cerveza. Le doy el cambio que me dio el chofer y le deseo buena suerte. Me quede pesando en lo afortunado que soy, pero al fin y al cabo qui´n esta conforme con lo que le tocó? Si los que tienen nada quieren algo y los que tienen algo quieren todavía más.
4 comentarios:
La inconformidad es algo eterno. Cada uno va deseando cosas que no se encuentran directamente a la mano, que no se puedan arrancar. Pero de cualquier forma eso podría ser el motor más desgastante y, sin embargo, el más efectivo para funcionar en este mundo. Y si nos podemos soñadores, incluso para reconstruirlo.
Nos vemos el viernes. Mua
Yo por eso no me le quedo viendo a la gente en el pesero...jaja, no es cierto...pues es para reflexionar, yo no solo estoy conforme con lo que tengo, sino que lo agradezco constantemente, la vida ha sido buena conmigo, sin embargo, mi inconformidad sería con lo que soy, y es aquí donde tendría que funcionar este motor del que habla pikgu...
¿Qué creías?
Que no iba a encontrar tu blog??
Pues ya lo encontré jajajaja
y no soy artista plástica soy una persona que hace dibujos raros y eso sí que no va entrecomillado!!!
Jajajaj s
sabes que te quiero haaaaaaaaaarot harto harto
te mando un beso y cuídate mucho
Alina ;) P
Pigku: Si estoy de acuerdo en el que nunca llegaremos a nuestro grado máximo de satisfacción, ya había posteado algo así cuando renege mi alma mater. Lamento lo de tu pie, espero poder firmarlo jojo.
Rotten g: jaja si no les hablas y a parte les abres la ventana para que se congelen que mala! jajaja. Supongo que hay que agradecer nuestra pequela suerte.
Alina: Maldita!!! como pudiste dar con mi blog, y yo que lo habpia ocultado tan bien de los anahuacos. Bueno pues ya ni pex mi pseudo artista estamos leyéndonos.
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