No somos borreguitos!

Son las 8 de la mañana y mi madre toca a mi puerta y me dice. - Ya levantate que tienes que llevar al perro a pasear-. Le respondo a medio dormir -No quieroooo-

Quince minutos después con el cabello alborotado, pijama y bostezando me encuentro sobre la calle amores refunfuñando porque desearía que wiwi pudiera ir al escusado y realizar sus necesidades el solito, como el perro entrenado que alguna vez tuvo Bart Simpson.

Una vez cumplido el cometido regresamos por Romero de Terreros donde nos encontramos con una pequeña niña y un señor el que supongo es su padre. La niña se acerca a ver a wiwi y exclama: -Que bonito!!-. A lo que su padre añade: -Si, mira un borreguito-.

Queeeeee!!! Hasta el sueño se me fue. Es culpa de ese pelo chino corto, pero ya le crecerá y volverá a hacer el trapeador que antes era.

Los dos quisiéramos haber sido lacios.