La primavera ha llegado y con ésta la temporada de lluvias. Desde ahora hasta finales de septiembre o principios de octubre es que acontecerá este fenómeno. Yo considero que la lluvía se puede dividir, como Forrest Gump bien las describió, en: constantes pero que son puro chipi-chipi, las que se desatan de un momento a otro pero duran poco, las que se presentan con viento, las que sueltan granizo, etc.
Me gusta mucho ver llover sobre todo si voy de lado de la ventana en el camión. Me trae tantos recuerdos el olor a lluvia, porque pueden ser distintos olores, no es lo mismo el olor al pavimento mojado al olor del pasto mojado. Me pone nostálgico. Me trae recuerdos: la frustración, lo inesperado, la desesperación, "Boquitas Pintadas", la Calzada de Tlalpan.
No se si soy masoquista, pero me agrada lo que me pasa cuando la lluvia desata todas estas emociones en mi. Siento la necesidad de comparar lo que era antes con lo que soy ahora.
Uno de los bloggeros dice que la lluvia es más bonita cuando la compartes con alguien. Estoy de acuerdo en parte porque ésta le añade encanto a la situación, pero el disfrutarla en compañía de mi mismo me deja mucho más. Mi mente se va y recargado en la ventana puedo soñar despierto aunque sea sólo un instante.